La tristeza y su propósito
¿Qué es la tristeza?
Es una emoción adaptativa. Te habla de ilusiones rotas, de expectativas incumplidas. Asimismo te habla de lo perdido, del desgarro de comprender, que aquello que había en tu cabeza o en tu realidad terminó. Y en su lugar queda un vacío que es necesario llorar.
Es, por tanto, una emoción que lleva al llanto y a la introversión. Una emoción que es sumamente temida y amenazadora por la sombra de la depresión.
De igual modo, te ayuda a la introspección y al pensamiento constructivo. También te ayuda a ir hacia dentro, para conocerte y comprenderte mejor.
Fomenta la conducta de ayuda, tan necesaria como seres sociales que somos. Sirve para solicitar ayuda a los tuyos, e invita a cuidar de aquel que ha caído ante los devenires de la vida y necesita de su red de apoyo para sobrevivir.
¿Cómo acompañarla?
No nos gusta estar triste y menos ver triste a alguien que quieres. De hecho, rápidamente se intenta que desaparezca minimizando o rechazando su expresión. No es raro encontrar reacciones de incomodidad, preocupación y miedo cuando alguien llora. Por eso, no es fácil encontrar un/a buen/a acompañante que sepa escucharla con el suficiente respeto y amor.
Para responder esta pregunta, traigo el siguiente diálogo de la película citada:
“ – Siento que se hayan llevado tu cohete. Se llevaron algo que querías. Desapareció. Para siempre.
– Tristeza, no lo hagas sentir peor.
– Lo siento. Es todo lo que me quedaba de Riley.
– Apuesto a que tú y Riley tuvieron grandes aventuras.
– Sí, eran maravillosas. Una vez viajamos en el tiempo. Ese día desayunamos dos veces.
– Tristeza… Eso suena fantástico. Seguro a Riley le gustó.
– Claro que sí, éramos mejores amigos. Sí, es triste. Ya estoy bien. Vamos. La estación de tren está por aquí.
– ¿Cómo hiciste eso?
– No sé. Él estaba triste. Solo escuché lo que…
– ¡Ahí está el tren!”
Y ES QUE, EN LA MAYORÍA DE LAS OCASIONES, SOLO SE TRATA DE ESCUCHAR, sin juicio, con respeto, incondicionalidad, y amor.
Regalos que te trae esta emoción
Es necesario comprender que la tristeza, como el resto de las emociones, es una gran compañera de viaje. Ya que ésta contiene un mensaje valioso de tu Ser.
La tristeza te ayuda a readaptarte a la pérdida, sea esta consecuencia de un fallecimiento, una decepción o la pérdida de un algo valioso. Te da un tiempo precioso, para que puedas aceptar la ausencia de ese “algo” que ya no está.
Ella te enseña a abrazar ese vacío. A abrazar la fuerza imparable de la vida. A “agachar la cabeza” al misterio y ante todas aquellas cosas que escapan a tu control. Además te ayuda a comprender que vivimos pérdidas cada día: trabajos, relaciones, ciudades, casas, juventud, proyectos, vida…
Por tanto, te invita a re-conectar con los propios recursos y a salir al mundo con mayor madurez y humanidad. Es decir, con el corazón más abierto y la mente más despierta, para fluir con los acontecimientos de la vida.
Finalmente, puedes llegar a agradecer todo el aprendizaje que te trajo la pérdida y así abrirte al momento presente, con todo su abanico de oportunidades por descubrir.
Estos son algunos de los aprendizajes que puedes adquirir, si la gestionas de una manera positiva para aprovechar la misma en tu transformación. Abrazarla para aceptar y dejar de pelearte, de negar o de evitar la realidad.
“No puedes evitar que los pájaros de la tristeza pasen por encima de tu cabeza, pero puedes evitar que hagan un nido en tu cabello”
Proverbio chino
Y es que, como me enseñó una vez un maestro: en terapia al final, todo son duelos no resueltos, duelos que no se pudieron llorar. Duelos pasados que se activan en cada duelo vivido.
Lo dijo también M. Benedetti:
“Tengo la teoría de que cuando uno llora nunca llora por lo que llora, sino por todas las cosas que no lloró en su debido momento.”
Si sientes que esta emoción te supera y te desborda, permíteme acompañarte con una sesión terapéutica online.
Con cariño, Verónica.
Te invito a leer también mi último post sobre la rabia y cómo gestionarla.